¿Llevas horas sentado frente al computador o trabajando sin parar? ¿Te cuesta mucho delegar tareas y sientes que no puedes levantarte de la silla hasta no terminar? Eres un workaholic. Aquí te explicamos por qué.

Wayne Oates, psicólogo y educador religioso estadounidense, inventó el término workaholic o en español, adicto al trabajo, en el año 1971. El término salió a la luz en un libro escrito por él, el cual hacía referencia a su propia adicción al trabajo y allí mismo, realizó una analogía con la dependencia que una persona puede tener con el alcohol.

Sabemos que no hay nada mejor que estar apasionado por el trabajo que se tiene, pues esto genera un alto nivel de compromiso con la empresa y con los objetivos del cargo, pero existe una gran diferencia entre la pasión y la adicción. Un workaholic va mucho más allá de la pasión por su trabajo, realmente genera una obsesión con el mismo. 

No se trata de la cantidad de trabajo, sino, por el contrario, de cómo te involucras con las tareas. En HumanBPO sabemos que después de la pandemia parece que el trabajo no tuviera fin, pues trabajar desde casa, para quienes tienen esta opción, es casi como trabajar el doble, pues no hay diferencia en los tiempos. El almuerzo ya no es de una hora sino de diez minutos y la hora de salida ya no existe, pues no hay quien controle tus horarios. 

A continuación te vamos a contar tres síntomas que pueden indicar si eres o no un workaholic o adicto al trabajo. 

Eres el primero en llegar a la oficina y el último en salir

Quizá crees que llegar temprano es sinónimo de tener tiempo para concentrarte y tener menos interrupciones, pues no hay tanto ruido en la oficina. Por esa misma razón, sales de último, ya que así tienes tiempo de planear lo del día siguiente o adelantar más trabajo. Presta mucha atención si estás realizando alguna de estas o las dos al tiempo. 

Eres un workaholic si no te interesa descansar

Un workaholic cree que por estar sentado las ocho o nueve horas que implican el horario normal de trabajo está siendo más productivo, pues tomar pausas es sinónimo de perder el tiempo.

Realmente la productividad no se mide en la cantidad de horas que se está frente a un computador, un equipo productivo no es el que más tiempo pasa frente a la pantalla, si no el que realmente trabaja por objetivos, sin importar si está cinco u ocho horas en el PC. 

Parte de los hábitos de las personas o los equipos productivos radica en el descanso y la desconexión, pues así como los deportistas de alto riesgo, para rendir mejor en la competencia, tienen largos periodos de descanso y desconexión, pues si agotan todos sus recursos a la primera, pueden quedarse sin fuerza a la mitad de la competencia. 

Lo mismo sucede en el campo laboral, si eres un workaholic, posiblemente estés presentando altos niveles de cansancio, irritabilidad, estrés o ansiedad, lo que puede desencadenar en otras condiciones de salud. Cuida tus tiempos y no permitas que el trabajo sea la única prioridad de tu vida, lo ideal siempre será encontrar el balance. 

Tu tema principal siempre es el trabajo

Te invitan amigos o familia a un almuerzo, una fiesta o una reunión y siempre estás hablando de trabajo, de lo que has logrado, los pendientes que no has resuelto, el equipo con el que trabajas o temas generales de la oficina, entonces definitivamente eres un workaholic o adicto al trabajo. 

Esto es, sin duda, uno de los síntomas más comunes y el resultado de no saber desconectar la vida laboral de la personal. 

Crees tener alguno o todos los síntomas, por supuesto hay muchos más como por ejemplo no saber delegar funciones porque te cuesta creer en el trabajo del otro, dejar de lado las vacaciones por estar pendiente del trabajo o también no priorizar los planes personales. 

Un workaholic definitivamente vive en función de su trabajo y por estos las áreas de talento humano deben estar en la capacidad de detectar estos problemas y generar soluciones para que sus colaboradores vivan bajo la cultura del trabajo eficiente y la gestión del tiempo, pero de manera saludable, esto permitirá tener un equilibrio entre lo laboral y lo personal, aumentando la verdadera productividad.